Todo comenzó con 3 conquenses de origen, el pueblo de Valera de
Abajo. Grandes amigos que compartían una misma pasión: la MÚSICA. Pues bien,
este fue el principal motivo por el que Miguel, José y Javier decidieron fundar
un pequeño grupo de música con el que alegrar los días festivos de su familia y
amigos. Lo que no sabían es que, algunos años más tarde, conseguirían hacerse
con el corazón de la provincia de Cuenca entera, y parte de la Mancha.
El siguiente componente que decidió unirse a ellos, en el año
1997, fue un valverdeño de nombre Enrique que, a día de hoy, sigue formando
parte de la orquesta, disfrutando cada verbena, cada nota y silencio que
comparte con el resto de músicos.
Ya practicaba por aquel entonces con ellos, a la batería, Diego,
el hijo mayor de Miguel Moya, hasta que hace unos cuantos años se incorporó a
ella definitivamente.
Han pasado por ella muchos músicos, muchos corazones con la misma
afición, mucha gente que quería formar parte de esta pequeña pero a la vez, tan
gran orquesta.
Por ejemplo: Ángel M.Campos, trompetista y bajista. Durante diez años, y con
todos los pasodobles tocados que esto conlleva, ha estado dentro de la familia
de Grupo Valera, hasta el pasado año 2016.
A día de hoy, el famoso Miguel Moya, el fundador de la orquesta,
sí, él, sigue tocando el teclado, el
acordeón y cantando alguna que otra copla además de pasodobles como es la gran "Campanera", con la experiencia de tocar durante toda su vida.
Sin duda ha sabido transmitir la magia de la música como nadie,
puesto que sus dos hijos también comparten escenario con él. Diego, ya
mencionado, y el pequeño, Alejandro, a la guitarra.
Enrique, 20 años después, sigue incansable como el “comodín” de la
orquesta, ya que tiene un don en el mundo del sonido.
Desde Casasimarro, una encantadora pareja a la voz y al bajo,
Amanecer y Carlos.
Desde Campo de Criptana, Juan, el más joven pero no menos
importante, con su guitarra eléctrica y hueca ha decidido sustituir al anterior
guitarrista.
Y esta es la pequeña gran familia que forma Grupo Valera. Dan lo
mejor de sí mismos para hacer cada actuación única e irrepetible. Por eso los
queremos tanto. Por eso son imprescindibles en todas las fiestas del año. Por su
sencillez, humildad y a la vez su grandeza y pasión. Habría que agradecerles
tanto sus viajes, sus kilómetros, noches sin dormir, días sin ver a sus
familias por darnos todo a eso que llamamos público. ¡GRACIAS!